El Museo de Vejer, en la calle Marqués de Tamarón, número 10, acoge desde este jueves y hasta el 30 de septiembre la exposición de 25 cuadros originales del pintor Pablo Picasso.
Una exposición que ha generado, como es lógico, una gran expectación como pudo verse en el momento de la inauguración oficial a la que asistieron cientos de personas deseosas de contemplar la obra del genio malagueño y hacerlo en un enclave tan especial como el citado Museo de Vejer. El hecho de que un pueblo de sus características disfrute de una exposición de tal calibre es todo un privilegio y una excepción pocas veces vista.
El alcalde, Manuel Flor, el concejal de Cultura, Pepe Ortiz, y el director de la Casa Natal de Pablo Picasso de Málaga, José María Luna, se encargaron de inaugurar dicha exposición de 25 cuadros originales de este artista universal que “desde hoy es una realidad en Vejer”.
Ortiz incide en el hecho de que “en España, durante este año Picasso, solo habrá cuatro exposiciones: Málaga, Barcelona, Madrid y ¡Vejer! Emocionante”.
Y es que este año se cumple el cincuentenario del fallecimiento de Pablo Picasso, un evento significativo en la celebración de su obra y legado artístico. Al respecto, los gobiernos de Francia y España acordaron trabajar en conjunto en un programa de alcance internacional a través de una comisión binacional.
Este programa conmemorativo incluirá alrededor de 50 exposiciones y eventos que se celebrarán en instituciones culturales de renombre en Europa y América del Norte y que, en conjunto, abordan un análisis historiográfico de la obra de Picasso.
La conmemoración, acompañada de celebraciones oficiales en Francia y España, permitirá hacer un balance de las investigaciones e interpretaciones de la obra del artista, especialmente durante un importante coloquio internacional que tendrá lugar en otoño de 2023 y que coincidirá también con la apertura del Centro de Estudios Picasso de París.
En este contexto, Vejer se une a la iniciativa junto con las ciudades españolas de Madrid, Barcelona, Málaga, Bilbao y La Coruña.
Nacido en Málaga, el 25 de octubre de 1881, y fallecido en la población francesa de Mougins, el 8 de abril de 1973, Pablo Picasso es uno de los más célebres pintores de la historia del arte occidental. Su lenguaje expresivo, libre y multiforme sigue influyendo en el arte y la reflexión contemporáneos.
La Celebración Picasso 1973-2023 pretende poner en valor la trayectoria de un artista esencialmente europeo, quien, desde un profundo conocimiento del acervo y los principios de la tradición y una comprensión del clasicismo como valor ético, proyectó internacionalmente símbolos tan universales como Guernica, hoy emblema colectivo en la defensa de los derechos humanos.
Para esta exposición, en el año en que el mundo conmemora al mayor artista del siglo XX en el cincuentenario de su muerte, el Museo Casa Natal Picasso lleva a Vejer de la Frontera un repertorio de obras sobre papel, realizadas entre 1947 y 1966 que muestran al genio malagueño en la plenitud de su habilidad. Comparece aquí un muestrario de temas que reflejan algunas de sus claves y obsesiones con obras raramente vistas.
Así, el autor de la paloma de la paz también retrata otras aves como una lechuza y un búho, homenajea a pintores que con su sensualidad él reconocía como maestros, tal como sucede en las cuatro estampas en las que nos ofrece su propia lectura del pintor renacentista alemán Lucas Cranach en una escena en que el rey David espía fascinado a Bethsabé, o, en su faceta de ilustrador de libros, vuelve su mirada a la cultura andaluza como sucede con las mujeres que traza para acompañar a sonetos de Góngora o la dama con peineta que acompaña a la novela Carme, de Prosper Mérimeé, ambientada en Montilla y Sevilla.
Es justamente la mujer, como en los retratos aquí exhibidos de sus dos últimas compañeras, Françoise Gilot y Jacqueline Roque, o en la rotunda dama del siglo XVI o los retratos femeninos que sirven para jugar con las texturas y la composición, quien mejor refleja el amor por la vida de Picasso, como sucede en la sensualidad carnal de las parejas de las ilustraciones para Corps Perdu o en la desesperada llamada del deseo confrontado con la vejez, cuando nuestro artista tenía ya 85 años, de Mujer equilibrista… Otras claves más secretas anidan en la atracción por el Mediterráneo que está tras la cabeza de hombre griego barbudo o en los paisajes, minuciosos y poco habituales en su obra gráfica, de Vallauris. O, en un prodigio compositivo y de memoria, en la escena de circo, evocado más de medio siglo más tarde, en La amazona.
Cincuenta años sin Picasso nos demuestran cuán vivo sigue el artista malagueño, cuánta vida sigue latiendo y desbordando en su obra.