Cuando hablo de la alimentación de los niños con muchas madres en la consulta, se repite la misma reflexión muchas veces, son solo niños... y por ello se les permite comer lo que quieren y cuando quieren.
Pues sí, son niños, pero por esa razón no significa que tengan que comer azúcar a todas horas en forma de galletas, cruasanes, helados y chuches. Son niños, pero están adoptando unos hábitos de alimentación que en un futuro traerán problemas y luego cuesta mucho mejorar. Son niños pero el hecho de darles tantos productos azucarados está haciendo que dejen de lado las frutas y las verduras porque claro, las galletas están más buenas. Son niños pero ellos no saben que es mejor para ellos, solo saben que si les damos a elegir entre una galleta y un plátano, elijo la galleta porque está más dulce, eso hace que el umbral del dulzor cada vez esté más alto y quieran más azúcar. Son niños pero nosotros sus padres y los que tenemos que mirar por su salud y no solo si mi hijo tiene más peso, el azúcar también perjudica a los niños muy delgaditos.
Inculcar buenos hábitos de alimentación en nuestros hijos es más fácil si lo hacemos desde que son pequeñitos. Por supuesto, nunca es tarde y lo que le ofrecemos a nuestros hijos es porque creemos que es lo mejor pero si en algún momento nos damos cuenta de que la alimentación de nuestros hijos podría mejorar, nunca es tarde para intentarlo.
Por supuesto, tenemos que ser conscientes de que tampoco hay que llevarlo al extremo. Nuestros hijos comerán galletas, helados y chuches pero mi recomendación es que no sea así todos y cada uno de los días.
Para finalizar, os dejo esta reflexión, ¿cuántos niños al empezar la alimentación complementaria, comían fruta y algunas verduras porque no le dábamos ninguna otra porquería y como cambió la alimentación de ese niño cuando empezó a comer porquerías a todas horas? ¿Sigue gustándole la fruta? ¿La sigue comiendo con la misma asiduidad?
