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El álbum ilustrado, un género en auge para todos los públicos

La máxima de que una imagen vale más que mil palabras ha vuelto con fuerza a la literatura, especialmente a la infantil y juvenil.

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 La máxima de que una imagen vale más que mil palabras ha vuelto con fuerza a la literatura, especialmente a la infantil y juvenil, aunque la calidad y diversidad del género hace que lectores de todas las edades se interesen, cada vez más, por una lectura diferente, más visual y colorista.

Ya sea para transmitir mensajes solidarios, de paz o historias clásicas adaptadas a nuestros días, el álbum ilustrado ha retomado el brío que tuvo en el pasado y cobra auge día a día por su peculiar forma de combinar narración e imagen.


Las editoriales, que no son ajenas a la crisis económica, se han lanzado a la caza de nuevos públicos con un tipo de literatura que reúne más fuerza expresiva que la meramente escrita, por lo que muchas de ellas han creado colecciones específicas de álbum ilustrado aptas para todas las edades.

Edelvives es una de ellas, con un catálogo que reúne increíbles álbumes ilustrados sobre leyendas antiguas, como la de "Tristán e Iseo", otros dedicados a quienes acaban de llegar al mundo o están a punto como "El mundo al que vienes", o con moraleja incluida, como "El de-sastre perfecto", de Rocío Martínez, galardonado con el Primer Premio de Álbum Infantil Ilustrado de Gran Canaria en 2010.

Otros, como "Yo seré tres mil millones de niños", se han realizado con un fin solidario, al cumplirse el veinte aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, y en el mismo Alain Serres ha seleccionado un conjunto de fotografías que reflejan la triste realidad de muchos niños del planeta.

El autor combina cada imagen con un texto evocador, en un libro que nace "de rabia, de poesía y de esperanza" de una vida mejor para todos los niños del mundo, y al que Judith Gueyfier ha aportado, con sus pinceles y sus colores, su propia sensibilidad a los dúos de textos y fotografías.

La editorial Juventud, que se encuentra entre las más antiguas dedicadas al álbum ilustrado, propone para la próxima primavera títulos tan llamativos como "Mi barco", "El oso que amaba los libros" o "La pequeña diosa", ambientado en la India, o "Donde yo vivo", en el que su autora, Frances Wolfe, recrea el universo de su infancia y traslada al lector a un mundo de sensibilidad artística.

Al igual que la anterior, Kalandraka es una editorial fundada en Pontevedra especializada en álbum ilustrado, que cuenta en su catálogo con álbumes como "Miguel Calatayud Ilustraciones", que reúne más de 400 trabajados de este destacado artista contemporáneo, "¿A dónde van los niños?" o "Kipling ilustrado", que reúne siete relatos del escritor británico de origen indio Rudyard Kipling ilustrados por artistas plásticos contemporáneos.

"El nacimiento. Los niños y el amor", de Agnès Rosenstiehl y publicado por Everest, cuenta cómo se concibe un bebé, desde que sus padres se conocen, la concepción y su nacimiento, con imágenes explícitas de todo el proceso.

SM también incluye en su catálogo álbumes en los que ilustraciones y texto se potencian mutuamente, como "Una historia a dos", un cuento sobre la separación de los padres, "El niño perdido", sobre el poder destructor de la guerra" o "Dunas de agua", un poético álbum ilustrado sobre una niña que vive entre dos mundos.

Otras editoriales, como MacMillan, amplían la ilustración al mundo del pop-up, con grandes clásicos como "El mago de Oz", "Peter Pan" o "Alicia en el país de las maravillas" en los que las magníficas ilustraciones se acompañan de sonido y unos espectaculares desplegables.

También Pirueta apuesta por versionar grandes clásicos en "Cuentos clásicos ilustrados", con imágenes de Paula Domínguez para niños a partir de 9 años.

Con un fin didáctico, Silabario apuesta por temas sociales en sus álbumes ilustrados, como "Señor mayor", en el que se enseña a los niños a conocer el alzheimer, "El horrible monstruo al que le encantaba leer" o "En algún lugar de China", sobre la adopción.

La calidad y variedad de los ilustradores españoles hace que las editoriales no tengan ningún problema a la hora de elegir el artista que mejor se adapta a su línea editorial, en un género que, como marcan todas las ferias del libro infantil y juvenil, no para de crecer.

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