Los gastos generados por la investigación del asesinato de Ruth y José ascienden a más de 140.000 euros, es parte de la llamada cuenta Bretón, el dinero que ha costado la búsqueda durante meses de los restos de los pequeños. El espacio Espejo Público de Antena 3 ha tenido acceso al desglose de estos gastos. 29.870 euros con siete céntimos es la cantidad total gastada en dietas por la sección de homicidios y desaparecidos de la Policia Nacional durante la busqueda de los pequeños desde el pasado 8 de octubre de 2011.
Así, según relata Antena 3 en sus informativos, el libro de contabilidad de este caso cuenta con muchas páginas escritas, donde se reflejan también cifras como estas: 17.838 euros gastos generados por los cuatro agentes desplazados en el operativo de Cordoba durante 222 días, a los que hay que sumar otros 2.280 euros empleados en vehiculos y combustible. El Grupo de Operaciones Especiales, los populares "Geos" protagonistas hasta en tres ocasiones en las labores de busqueda, en octubre de 2011 y en enero y febrero de 2012. Los submarinistas peinaron el tramo del Guadalquivir más próximo a la finca de Las Quemadillas, buscando algún indicio sobre el paradero de los niños, añaden a esa cuenta entre la gasolina de sus vehículos y embarcaciones y la manutención y alojamiento de sus funcionarios, una cantidad de 5.300 euros con 42 céntimos. Son tan sólo parte de la cuenta presentada por la Policía Nacional a los que se van sumando los de otras unidades, hasta llegar a un total de 61.859,78 euros.
Minutas también de expertos externos. 3.540 y 2.420 euros por el análisis de las imágenes captadas por la cámaras de seguridad del Parque Cruz Conde, reflejadas en distintos informes periciales realizados por un experto de la Universidad de Valencia. 3.500 euros y otros dos mil más, presentados en la declaración de costes por la empresa del georradar empleado en los rastreos de las Quemadillas. Cantidades que sumadas superan esos 140.000 euros. Dinero que en parte se habría ahorrado si hubieran sido menos las mentiras de Bretón y sobre todo si la perito Josefina Lamas no se hubiera empecinado en su error.
