El Betis no para de ganar y el aura victoriosa que parece esta temporada acompañarle a lo largo de esta temporada (salvo contadas excepciones) le ha encaramado hasta puestos impensables en la zona noble de la Liga.
Sin embargo, existe una cierta incertidumbre instaurada en el club que de alguna manera se traslada hacia el exterior toda vez que los buenos resultados del equipo tapan cualquier pequeña diferencia en el seno del cuerpo técnico y la secretaría técnica. O lo que es lo mismo, entre Pepe mel y Vlada Stosic.
Una relación que ha limado muchas asperezas con el tiempo pero que, como bien recoge el rico refranero castellano “donde hubo fuego, cenizas quedan”. Cierto es que la tensión se ha rebajado desde hace un año; cuando por aquel mes de enero, el entrenador verdiblanco, de motu propio, gestionaba personalmente algún fichaje como el de Esteban Granero que finalmente no terminaría fructificando, sin paso previo de consulta por la dirección deportiva bética.
Vicio; adquirido eso sí por necesidad, desde su incorporación a la entidad de Heliópolis en el mandato de Luis Oliver que tuvo que asumir el técnico madrileño ante la falta patente de estructuras en una institución que permanecía por aquel entonces, sumida en el desierto de la Segunda División.
Además, la desconfianza reinaba entre Mel y Stosic hasta el punto de al serbio no le sentó nada bien que el madrileño filtrara en ciertos círculos periodísticos el objetivo de un deseado central que reforzara la parcela defensiva de una plantilla que en dicha posición flaqueaba. A la elección de Ricardo Costa por parte de Mel; le contestaría Stosic con la contratación de Paulao como la alternativa.
En estas, el presidente Miguel Guillén se encargaría de endulzar una relación que se enquistaba por momentos a grandes pasos. A día de hoy, la relación profesional es buena aunque sin grandes alardes. Mel pide y plantea las carencias a mejorar en la mesa de la secretaría técnica con el aviso escrito en rojo de que si viene algo, que venga con prontitud y no en las postrimerías del mercado invernal. Ahora la pelota se encuentra en el tejado de Stosic que habrá de efectuarlas con escasos recursos. Dura tarea la que le queda por delante.