La decisión gubernamental restaura las libertades civiles y permite la puesta en libertad de todas aquellas personas que fueron detenidas en aplicación del estado de excepción, salvo las acusadas de haber tomado parte en actos violentos.
“El Gobierno envía una señal a la comunidad internacional de que la normalidad ha vuelto al país, aunque seguirá coordinando a las distintas agencias de seguridad”, afirmó Vejajjiva, quien decretó la medida extraordinaria el día 12 pasado para sofocar las protestas en un momento en el que habían crecido en número y osadía.
El gobernante afirmó que busca la reconciliación con la oposición de los llamados camisetas rojas, integrada por los seguidores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto por un golpe de Estado en 2006 y actualmente en el exilio.
Las divisiones políticas continúan, como probaron los parlamentarios en las sesiones celebradas el miércoles y jueves para tratar de la última crisis, y los camisetas rojas se disponen a volver a salir a las calles de Bangkok.
El Ejecutivo está preparado para impedir que cerquen la sede gubernamental de nuevo y conviertan al mandatario y sus ministros en un Gobierno ambulante.