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La onubense Rocío Márquez presenta su disco en Praga

Su última producción 'Firmamento' se escuchará en el prestigioso Festival de Primavera de Praga

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  • Rocío Márquez -

Rocío Márquez se ha convertido esta noche en la primera cantaora que actúa en los 72 años de historia del Festival de Primavera de Praga, una de las más prestigiosas citas de la música clásica, y "la casualidad" ha querido que ese fuera el escenario del estreno mundial de su último disco, "Firmamento".

La onubense (1985) lo ha hecho acompañada del guitarrista Manuel Herrera, el pianista Daniel Marente, el saxo Juan Jiménez y el percusionista Antonio Marena, con un lleno total en el teatro Divadlo ABC, que ha acogido su actuación y el estreno de su obra, programada en el festival en la II edición del ciclo "Acento español", con una larga y entusiasta ovación.

"Ha sido casualidad que haya sido finalmente en Praga pero también es verdad que tenía claro que el estreno iba a ser fuera de España porque quería sentirme libre", ha confesado al término del concierto a un grupo de periodistas españoles sobre un trabajo que se sale por completo de las costuras del flamenco puro.


Hace cuatro años sintió que cantaba "como si le dieran al 'play'", que repetía lo mismo y que "por respeto al público, a la música" y a ella misma aquello tenía que cambiar y decidió adentrarse por caminos que comenzó a explorar con "El niño", su anterior trabajo.

Allí hizo "aún" concesiones a los puristas, "a los que ponen etiquetas", pero para su nuevo disco ha querido "descubrir sitios" desconocidos para ella, es decir, la música contemporánea, y lo ha hecho en compañía del músico y productor Raúl Fernández "Refree", el mismo que de Rosalía.

En "Firmamento" ha decidido que no haya "salvavidas", es decir el instrumento por excelencia del flamenco, la guitarra, y, además, ha compuesto la mitad de los temas y ha recurrido a Christina Rosenvinge, Isabel Escudero y María Salgado para algunas de sus letras, inscritas en su necesidad de "decir cosas" de la actualidad que le preocupan, como la contaminación del polo químico de Huelva.

"¿Es flamenco?. Pues depende de quien lo escuche. Para los puristas, no. Pero yo no puedo hacer otra cosa. Ya he hecho el flamenco ortodoxo, he cantado en peñas, he ganado la Lámpara Minera, el Giraldillo... Es hora de darle otra cara. Necesito hacerlo porque, si no, te vuelves igual de talibana", resume.

El disco, que en su estreno en Praga ha tenido el "preludio" de tres temas dedicados a Lorca -de ahí la guitarra-, le hace sentirse "diferente" y le provoca mucha emoción.

"El peso de los puristas puede llegar a oprimirte la cabeza. Ellos dicen que se muere la pureza. No. Los que se van a morir son los artistas. He querido venir a Praga porque fuera me siento libre, no hay una idea preconcebida. Llega un momento en que es un gran agobio", confiesa.

Si en el baile flamenco está más asumida la transgresión es casi impensable en el cante por eso, se ríe, tiene mucha curiosidad por conocer la reacción del público de la Bienal de Flamenco de Sevilla cuando lleve allí "Firmamento": "el mundo del flamenco es muy peculiar", sentencia.

A comprenderlo le ha ayudado mucho la preparación de su tesis doctoral, dedicada a la técnica vocal en el flamenco, que le ha enseñado, básicamente, "que queda mucho por andar" tanto al género como a ella misma, a quien en un futuro no muy lejano le gustaría cantar palos clásicos como las malagueñas con su propio estilo.

"En cuanto a lo demás voy alimentándome de lo que vivo, por eso es fundamental seguir explorando, no parar", añade la artista.

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