Con el acuerdo firmado entre Ayuntamiento de Sevilla, Junta de Andalucía y Ministerio de Fomento, se ha recuperado aparentemente el consenso en el discurso de que la solución a los problemas de movilidad que tiene nuestra ciudad será un metro. Pero un metro “de verdad”, el metro “que se merece Sevilla”. Es decir, un metro subterráneo en la mayor parte de su recorrido. Para Ecologistas en Acción esto es una mala noticia.
En los últimos tiempos sectores influyentes en la política urbanística de la ciudad se estaban acercando a la conclusión de que había que aparcar la eterna reivindicación del metro subterráneo como única solución a los problemas de movilidad de la ciudad, y buscar otras alternativas que dieran una solución global y metropolitana al transporte público en nuestra ciudad. Nos tememos que este acuerdo vuelva a tapar y negar viabilidad a cualquier solución alternativa al metro subterráneo.
Lo primero que hay que frenar es el entusiasmo. Lo que se ha acordado es formar una comisión técnica para estudiar, en ningún caso se han acordado plazos, presupuestos, o compromisos de financiación. Por otra parte, construir el tramo de la línea 3 desde el Prado a Pino Montano sería un mal negocio para la ciudad: el Metro en Sevilla no es rentable socialmente, y no lo será con esta ampliación. Este es un hecho obvio, pero que en Sevilla pocas veces se dice, y menos veces se reconoce.
El Metro de Sevilla es una ruina. La línea 1 del Metro (la única en funcionamiento) ronda los 16 millones de pasajeros al año. Teniendo en cuenta el dinero invertido para construirlo (unos 800 millones de euros), esto significa un ratio de 55 pasajeros al día por millón de euros invertido, muy por debajo de los 150 que los expertos consideran para que una inversión de este tipo sea considerada aceptable. Por otra parte, la Junta de Andalucía tiene comprometidas obligaciones de pago de la línea 1 del Metro por cerca de 2.000 millones hasta el año 2040, lo cual supone que este año se financiarían 55 millones a través de subvenciones, frente a los 15recaudados a través de la venta de billetes. De ese dinero, más del 20% se destina a garantizar los dividendos de la empresa concesionaria, que ingresa por este concepto unos 15 millones al año.
Pese a estos datos, en los medios de comunicación locales y en los discursos de los líderes políticos se vuelve a defender la necesidad de este metro deficitario. A modo ejemplo, el habitual aforismo “el Metro que Sevilla merece”. Sevilla no merece. Sevilla necesita una red de transporte público eficiente que funcione a nivel metropolitano, y la necesita en un plazo de tiempo corto. El coste de construir esa red metropolitana en formato metro subterráneo es prohibitivo, y como ya se ha visto sin visos de tener la suficiente rentabilidad social. Además, los recursos públicos que se dedican a esa red de Metro subterráneo se detraerán de otras necesidades sociales.
Así, el consenso social artificialmente construido cataloga el Metro como única solución posible, tapando e impidiendo el debate sobre otras soluciones y alternativas. Y esas soluciones existen, y diversas entidades y expertos llevamos años señalándolas. Poner en marcha una red de transporte público en superficie podría hacerse a nivel metropolitano con una inversión del orden de la que requerirá la construcción del tramo norte de la línea 3. Esta red podría estar en funcionamiento en poco tiempo, y por tener carácter de red metropolitana captaría suficientes viajeros para ser una alternativa real al vehículo privado y ser rentable socialmente. Algo que el Metro subterráneo nunca conseguirá. Esta es la alternativa que defiende Ecologistas en Acción Ciudad de Sevilla. Y entendemos que su debate y discusión, como alternativa al discurso imperante del Metro subterráneo, es necesario para que la ciudad pueda tomar una decisión informada y consciente.