Son tiempos difíciles, de eso no cabe duda. Y lo son para todos y cada uno de los sectores, aunque el económico y laboral están siendo especialmente castigados por la crisis derivada de la pandemia de la COVID-19. Las empresas se vieron obligadas a parar su actividad durante demasiado tiempo con la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo, y volver a ponerlas en marcha no está siendo tarea fácil. Algunos incluso se quedaron en el camino.
Mi jefe iba a cerrar el estudio pero llegamos a un trato para poder quedarme yo con él”Según las estadísticas, la provincia de Cádiz ha perdido en torno al 11 por ciento de su tejido empresarial durante los primeros meses de 2020. Un total de 3.413 sociedades que restan su alta en la Seguridad Social respecto al mismo periodo de 2019, según el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. A pesar de estos datos, lo cierto es que el desempleo en el mes de mayo cayó un 1,61 por ciento, con lo que el número de personas en paro en la provincia gaditana es de 177.987 por los 180.898 desempleados con los que concluyó el mes de abril. Una caída de un 1,61 por ciento.
Sin embargo, en cuanto a Cádiz capital, el paro subió un 0,61 por ciento respecto al mes anterior, traducido en una variación absoluta de 92 desempleados más, lo que conlleva que en la ciudad se cuente actualmente con 15.137 personas desempleadas por las 15.045 del mes de abril.
En este contexto, con una ciudad ya castigada por el látigo del paro previamente a la situación actual, el futuro para muchos se ve incierto. Aunque siempre queda la difícil opción de armarse de valor para reinventarse y arriesgarse a crear su propio empleo, a falta del mismo.
Es el caso de Elisa Sánchez, quien ha decidido hacerse cargo del estudio de fotografía en el que trabajaba desde hacía dos años. Después de unos meses complicados, más para un sector como el suyo habiéndose suspendido todos los actos para los que trabajan, “mi jefe tomó la decisión de cerrar el estudio”, nos cuenta Elisa. Esto suponía quedarse en el paro, por lo que “llegamos finalmente a un trato para quedarme yo con el estudio”.
Ha sido una idea “arriesgada”, ya que se han cancelado las comuniones y la celebración de bodas, con el límite de 100 invitados, tampoco apunta a que vayan a retomarse por el momento. “Sin embargo las comuniones parece que se harán finalmente en el mes de septiembre u octubre, así que los clientes ya están viniendo a preguntar por los packs”. El estudio lleva una semana abierto y ya tiene un contrato para una comunión. No es mala forma de comenzar.
Elisa pretende incorporar a su estudio, situado en la calle Dr. Gómez Plana, otros servicios que antes no había. “Vamos a ofrecer también vídeo y queremos introducir los cortos para las pedidas de mano, que en Cádiz no se está haciendo, vídeos promocionales, etc.”. Por el momento este verano lanzarán packs para bebés y niños en el propio estudio, “con todas las medidas de seguridad exigidas por la normativa”, y también en exteriores.
Por otro lado, Sara Guerrero ha decidido apostar por un nuevo negocio. En esta ocasión se trata de un estanco que abrirá próximamente en la transitada calle Novena. “Ya lo tenía en mente justo antes del confinamiento, pero con casi todo prácticamente gestionado llegó esto y tuvimos que esperar”, nos cuenta.
“A pesar de la circunstancia actual he decidido seguir adelante porque es una oportunidad, aunque cueste muchísimo ahora mismo, pero algunos factores, como el sitio donde está el local, me ha hecho dar el paso”. Sara reconoce que aunque “es arriesgado” está muy ilusionada con su nuevo negocio, que además de estanco será también tienda de regalos y suvenir. Hasta ahora ha estado trabajando para una clínica dental, pero ha tomado la decisión de dedicarse a partir de ahora a llevar su propio negocio.
Abrirá al público en los próximos días, en cuanto disponga de la documentación de licencias procedentes de Madrid, ya que aunque la idea fuera previa al estado de alarma con la declaración de este se paralizaron todos los trámites administrativos.
Hay diferentes ópticas para ver las crisis. Los más pesimistas se dejan llevar por la penumbra de la situación y hay otros que ven oportunidades. Como Elisa Sánchez, que ha buscado un camino diferente para salvar su empleo invirtiendo en su propio estudio de fotografía; o como Sara, que aunque ya tenía un trabajo ha tomado la decisión de seguir adelante con sus planes pre-covid de convertirse en la gerente de su propio estanco.