Faltos de cobertura
Si la DANA malagueña no hubiese la valenciana, o si ésta no hubiese arrojado víctimas mortales, no se habrían adoptado las medidas que se tomaron
El pobrecito hablador
Escribo sobre lo que me gusta, pero sobre todo sobre lo que me disgusta, como un grito desesperado para no ganarme una úlcera
Yo soy tonto
Por mi falta de seso voy a manifestaciones en defensa del derecho a una vivienda digna. Es una manera de identificar rápidamente a todos los ingenuos malagueños
Lecciones
Aquellos que piden que el Gobierno tome las riendas de la crisis no tardarían en abrazar el mantra de Libertad y Cañas que enarbolaron durante la del Covid
La izquierda suicida
Desde la derecha se permiten el lujo de venir a dar lecciones de no se sabe muy bien qué, cuando hay parlamentarios condenados por violencia de género
La izquierda suicida
Se permiten el lujo de venir a dar lecciones cuando hay parlamentarios condenados por violencia de género, a los que les ríen las gracias
Salir por la vía de Tarifa
En un desparrame de desvergüenza, respondió aludiendo a los pactos del Gobierno Central con Bildu
De tapones y leyes
Soy capaz, créanme, de beber de una botella de agua sin echármela por lo alto ni sacarme un ojo con el tapón
El trabajador a palos
Ya no les hará falta presionar a la mutua para que al recién amputado le den el alta antes de que le quiten los puntos
Garamendi
Un colectivo que se niega de forma pertinaz a cualquier reforma en el ámbito laboral que pueda ser considerado un avance en las condiciones de los trabajadores
Románticos
Por eso, las lunas de los coches son más grande que los retrovisores, porque es mucho mejor mirar lo que se nos viene que deleitarnos en un falso pasado
Jurassic Prensa
Se puso muy de moda aquello de que no podías bajar a comprar el pan sin que corrieras el peligro de encontrarte con el piso ocupado a la vuelta
País de racistas
El blanqueamiento de los medios y de buena parte de la sociedad los ha envalentonado, y ahora salen del armario, armados de valor
Colonizados
No les parece suficiente que tengamos que dejar nuestras ciudades, que permitamos que nuestro hogar sea indistinguible del de un alemán o un francés
Andaluz para toda la vida
Seremos siempre hijos de una tierra exportadora de bienes y capital humano, pero que nunca recoge lo que siembra
