Las orugas actúan como biofactorías produciendo un fármaco capaz de diferenciar las células cancerígenas de las células sanas.Este fármaco está destinado a recubrir unas nanopartículas portadoras de la medicina contra el cáncer que atacarían desde dentro a las células cancerígenas.
Además, el hecho de utilizar biofactorías para fabricar los fármacos abarata enormemente su producción a gran escala y hacen viable su desarrollo. La inversión media para llevar un nuevo medicamento al mercado con los métodos tradicionales es de unos 1.200 millones de euros lo que encarece los tratamientos para conseguir su amortización. Con los métodos biotecnológicos la producción se reduce enormemente, hasta llegar a ser 20 veces más barato.