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La capital “no aprueba” en accesibilidad

La lista de elementos que hacen a Jaén capital “inaccesible” a personas con discapacidad y a los mayores es “larga” y así lo denuncian desde la ONCE y FEJIDIF

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La presidenta de FEJIDIF, Pilar Martínez, en una zona con terraza hostelera.

El técnico de rehabilitación de la ONCE-Jaén Francisco Campón y la directora provincial de la ONCE en Jaén, Rosario Sedano.

La capital jiennense “no es accesible”. Ésta es una de las conclusiones que VIVA Jaén obtiene de la experiencia diaria que viven personas ciegas o con problemas de visión, jiennenses con movilidad reducida o discapacidad física e intelectual, y personas mayores. Una situación empeorada en tiempos de pandemia y que les lleva a la desigualdad.

Así lo reconocen la directora provincial de la ONCE en Jaén, Rosario Sedano; el técnico de rehabilitación de la ONCE-Jaén Francisco Campón, y la presidenta de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física (FEJIDIF) de Jaén, Pilar Martínez, al hacer una radiografía sobre la accesibilidad en la capital, señalando puntos negros que siguen sin acondicionarse. Tal es así que confirman que “Jaén suspende en accesibilidad”.

Acerado en mal estado, mobiliario urbano mal ubicado, sillas y mesas de establecimientos hosteleros dejando la vía pública sin espacio de tránsito, semáforos sin sonoros, acerado y calzada al mismo nivel, sin contrastes ni texturas; hundimientos, toldos que incumplen la altura…La lista de elementos que hacen Jaén inaccesible es “larga” y así lo denuncian desde la ONCE y FEJIDIF.


Las principales barreras arquitectónicas para las personas con discapacidad visual son los semáforos que no tienen sonoro. “En Jaén hay muchos semáforos con sonoros, pero se estropean y ante la falta de mantenimiento, no funcionan”, confirma el técnico Francisco Campón. Igualmente, señala que hay semáforos que “están continuamente en ámbar y nunca se ponen en rojo, siendo muy peligrosos”. Las escaleras también son barreras arquitectónicas porque “no se ven”. Dice: “Desde arriba, si la escalera es prolongada, no se ve como una escalera, sino que parece una rampa. Los escalones deberían estar señalizados”. Señalan el “exceso de terrazas montadas en espacios públicos” de la ciudad. “Son de gran amplitud. Tapan toda la acera, sin dejar espacio físico para transitar”, denuncian desde la ONCE. “Los puntos negros son los itinerarios peatonales, que se han llenado de terrazas o mucho mobiliario apilado. Las terrazas están cerradas con cualquier tipo de obstáculos. Se han impuesto de una forma anárquica y unilateral”, lamenta la presidenta de FEJIDIF. Pilar Martínez denuncia que “se han transgredido ordenanzas que ya estaban regulando situaciones para que todos los ciudadanos convivan en paz”. Y es que toda la población “tiene que poder compartir los espacios y vivirlos de forma pacífica, sin perjuicio”, lamentando que “el mobiliario apilado no es beneficioso para el tránsito por la ciudad”.

La ordenanza municipal de accesibilidad tendría que estar implantada en todos los Ayuntamientos desde 2009. En la provincia sólo tienen esta ordenanza Jaén, Linares y Úbeda. En cuanto a las obras, desde la ONCE recuerdan que “hay que señalizarlas con vallas físicas”, denunciando que “a veces se hace con cintas que no sirven para un bastón”.

Respecto al mobiliario urbano, recuerdan que “las jardineras deben ser rectangulares y verticales respecto al suelo”.

Echan de menos paradas de autobús con paneles electrónicos informativo y lamentan que cada vez “hay menos” transporte público adaptado. “El Covid ha hecho desaparecer muchas líneas y frecuencias. No podemos salir de Jaén, ir a buscar trabajo a otra provincia. La accesibilidad tiene Covid y está pasando por todas las variantes. El abandono ha sido terrible. Nos confinamos y al salir hemos visto que la accesibilidad vive en un caos”, dicen.

En cuanto a sentirse escuchados por las administraciones competentes en la mejora de la accesibilidad, desde la ONCE confirman que han contado con ellos, pero no les ha hecho “mucho caso”.

Desde FEJIDIF advierten de “una falta de planificación importante”. Explican: “La falta de gestión es evidente. Hemos conseguido logros, pero si no los mantenemos o no se mejora la accesibilidad, mal lo están haciendo. Se avanza por impulso”.

Coinciden en que una ciudad accesible proyectaría una imagen positiva para reactivar el turismo. “Queremos ser una ciudad turística, donde llegue todo el mundo, pero tenemos dificultades para que la ciudad sea amable con todos. Si quien viene va a tropezar con obstáculos, prefiere no venir”, termina Martínez.

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