Cáritas Diocesana de Jaén ha puesto en marcha una Fundación para trabajar en la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social y excluidas social y laboralmente a través del Plan de Actuación y Viabilidad para 2014.
El programa de empleo que actualmente tiene en marcha Cáritas Diocesana atendió en 2013 a casi 500 personas, de las que 167 consiguieron trabajo. Un total de 180 jóvenes participaron en talleres para mejorar su empleabilidad. Este programa es el antecedente de la recién constituida Fundación, presentada ayer por el presidente de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro; el obispo, Ramón del Hoyo, y los delegados episcopales de Caridad y de Medios de Comunicación, Juan Raya y Antonio Garrido.
“Se trata de un programa que pretende potenciar acciones en materia de inserción laboral que contribuyan a eliminar las colas en servicios como los comedores sociales o los roperos”, dijo el delegado episcopal de Caridad.
El presidente de Cáritas Diocesana aclaró que con la Fundación se elaborará una base de datos provincial de personas en riesgo de exclusión y de los recursos que distintas entidades y administraciones poseen para atenderlas. Además, creará una oficina de información sociolaboral como la ya articulada con la experiencia del programa de empleo, y participará en proyectos que tengan como prioridad la inserción laboral de los más desfavorecidos.
Entre las iniciativas para fomentar el empleo, Rafael López-Sidro puntualizó que la intención es firmar convenios con empresas, elaborar perfiles laborales con los participantes, organizar talleres y fomentar las actividades económicas, ya sea a través del autoempleo, la economía social o la cooperación con otras firmas. También contempla el seguimiento y la tutela para evaluar los objetivos y dejar libertad a las personas hasta su completa integración y normalización.
El matiz de esta Fundación es que, además de crear empresas quiere facilitar el desarrollo de las iniciativas de otros emprendedores. Será, en cualquier caso, “siempre desde la humildad, abiertos a todo el mundo que quiera colaborar y con un trabajo serio en el que se estudie detenidamente la viabilidad de los proyectos”, terminó López-Sidro.
El obispo valoró positivamente la iniciativa, un reto que consideró “difícil, pero muy ilusionante”.