David Sánchez, entrenador del Xerez CD, salía este jueves a sala de prensa en la previa de la vuelta de la final contra el Jove Español. Lo hacía rodeado de la plantilla y aprovechaba la ocasión para “agradecer la oportunidad que nos van a dar estos jugadores de jugar una final este sábado. Han sufrido mucho, hemos sufrido mucho y todos nos hemos ayudado, pero los protagonistas de todo esto son ellos, los que han dado la opción de jugar una final y estar cerca del objetivo del ascenso. No vamos a morir, pero si morimos, morimos todos juntos. Hemos hecho un vestuario que es una familia, que es lo más difícil que hay ahora mismo. Demostrar la gran confianza que tenemos en cada uno de ellos. Hemos llegado aquí gracias al trabajo de ellos y al esfuerzo”.
Tras la derrota del domingo, esta ha sido “la mejor semana del año. Acabó el partido y nuestro lema y nuestra forma de ser es olvidarnos rápido de la derrota y pensar ya en el siguiente. Vamos a llegar al sábado como somos, con música, alegría y bromas. Es lo que nos ha hecho llegar hasta aquí. Está siendo una semana súper tranquila. Tenemos un reto increíble, pero la vida son retos. Tenemos la posibilidad de ascender. Si el Jove quiere ascender va a tener que sudar sangre, porque se lo vamos a poner muy difícil. Tuvimos un partido malo el domingo, el peor. Todo el mundo tiene un mal día en el trabajo. El sábado no es una batalla, es la guerra, porque es la última. Estamos confiados. Tenemos que salir de allí con la sensación de que lo hemos dado todo. Vamos a ir allí a ganar con todo lo que tenemos. A llorar al tanatorio, aquí no lloramos”.
“Me da igual el ambiente, el Jove o que digan que somos favoritos”, decía el técnico sevillano. “El sábado saldremos once contra once. Solo espero que el árbitro sea más justo que aquí en casa, que sea neutral. A partir de ahí, ellos saben lo que tienen que hacer. No es táctica ni técnica, es corazón, sentimiento, once meses de trabajo y mucho sacrificio. Están preparados y yo estoy súper contento. Es un reto increíble”.
Lo que tiene que hacer el equipo es “competir como competimos nosotros. Tener el corazón que tenemos y que no tuvimos el otro día. Por confianza, porque no empezamos bien, porque el gol nos hace daño…Ellos son los jugadores, pero ponerte ahí con 7.000 personas y once meses del trabajo no es fácil. No estuvimos a nuestro nivel y si no competimos somos un equipo vulgar, pero si competimos somos un equipo diferente. Yo intentaré acertar en la alineación y en los cambios, pero son ellos los que tienen la responsabilidad. Hemos perdido la primera parte 0-1 y quedan por delante 90 minutos, mínimo. Son mis niños y son los mejores. Están comprometidos con el escudo”.
“Nos queda una bala, la última. Tenemos que competir. Si compiten, nos lo traemos. Ellos me están haciendo mucho mejor entrenador a mí que yo mejores jugadores a ellos. Son ellos y así lo han demostrado”, añadía.
Y sobre las pérdidas de tiempo de los alicantinos comentaba que “me da igual. Cuando tengamos el balón no perderlo. Y pelearlo. Lo que somos nosotros. Ha habido campos en los que no hemos ganado por fútbol, ganamos por cojones”.