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La nueva normalidad se vuelve norma en las piscinas

La crisis sanitaria ha obligado a las piscinas comunitarias a tomar medidas estrictas con las que no todos están contentos si quieren abrir este verano

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  • La vigilante de una piscina comunitaria comprueba la temperatura a una usuaria. -

Este verano ha venido de la mano de la crisis sanitaria y está paseando por nuestras vidas para cambiarnos por completo la concepción que hasta hoy teníamos sobre los planes de verano. Uno de esos cambios es el ir a piscinas comunitarias con la normalidad a la que estábamos acostumbrados. La capacidad de trasmisión del virus ha hecho que las comunidades de vecinos, asesorados por los administradores, tomen medidas extraordinarias con el fin de poner a salvo a todos los residentes y evitar posibles contagios.

No son pocos los vecinos que se han mostrado descontentos con las restricciones que se han tomado, aunque muchos de ellos reconocen que se trata de una situación excepcional y que es por el bien de todos. Una de las urbanizaciones que sí está disfrutando de su piscina en este verano es la de la Urbanización Jardín del Inglés, que, como nos comenta uno de sus residentes, fueron los propios vecinos los que decidieron si se abría o no la piscina. El procedimiento para ir este verano a la piscina es organizado y, tal y cómo nos explica, “está muy controlado debido a que somos trece bloques y cada uno tiene una hora y media cada dos días, sólo nos juntamos entre bloques si hay huecos libres porque el aforo es de 52 personas, aunque la preferencia es para los vecinos a los que les toca durante esa hora y media”. En concreto, este vecino se muestra contento con las medidas tomadas ya que “no ha supuesto un gran desembolso para nosotros” aunque nos apunta que no está acudiendo tanto “al igual que todos los vecinos porque no se pueden traer invitados y eso coarta mucho las posibilidades de disfrutar de la piscina”.

Por su parte, Rafael Trujillo, presidente de la Delegación de Administradores de Fincas de Cádiz, parte importante dentro del asesoramiento, nos ha comentado que “se preveía un cierre más acentuado debido a que cuando comenzamos a reunirnos, el aforo era del 30% y ahí sí que era inviable, el problema radica en las piscinas pequeñas, ya que no tienen prevista la contratación de un servicio de socorrismo y si no hay control es imposible asegurar el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias”. Añade además que “no han cerrado tantas piscinas, sólo que las que han cerrado han hecho mucho ruido porque, realmente, es la junta de propietarios la que ha tomado la decisión y eso es soberano”. Trujillo habla sobre la responsabilidad a la hora de tomar decisiones, ya que “no es sólo cumplir la ley también hay que ser responsable para evitar los contagios y en el caso de haber alguno, tener un buen control para buscar la trazabilidad de dichos contagios”.


Este nuevo escenario también ha cambiado por completo la rutina dentro de las piscinas y eso quienes más lo han notado son los socorristas que ven pasar por delante a todos los que disfrutan del privilegio de tener piscina en verano. Ana Nieves, una de las socorristas de la urbanización Pie de Rey de Montealto en Jerez, habla sobre las medidas de seguridad impuestas que “no van más allá de las habituales. Al entrar hay que desinfectar manos y pies así como las sillas que los vecinos traigan. Además, tanto a la apertura como al cierre, se desinfecta la piscina con agua y lejía”. Lo que diferencia a esta urbanización del resto es que “aunque son ocho bloques nunca vienen muchas personas, por lo que la afluencia este año es la habitual”.

En Jerez es ya algo habitual en el verano el acudir a Piscinas Jerez. El trajín que cada mañana se arremolinaba alrededor del recinto, era un clásico del verano jerezano. Este año, la archiconocida piscina, ha cambiado su nombre por Arena Village, que con una remodelada imagen exterior e interior ha tenido que ver limitado su aforo a 950 personas diarias para garantizar la distancia aunque esto no es un problema debido a las amplias instalaciones que tienen. Además, se ha implementado un sistema de reservas online con el fin de evitar aglomeraciones. Desde la empresa explican que han hecho un “esfuerzo máximo en prevención y ajuste a la normativa además de una adecuación de las instalaciones como la disposición de gel hidroalcóholico por todo el recinto. Además, en las zonas comunes se han marcado flechas con el sentido de la dirección para evitar cruces innecesarios y se han acotado las zonas verdes donde tomar el sol”.

Por tanto, muchos son los enérgicos chapuzones que este año no se han producido y que con total seguridad no se producirán, apartando a muchos de esos ratos de piscina de los que tanto disfrutábamos hace tan sólo un año. Se trata de una situación de responsabilidad para no engrosar la enorme cifra de contagios que se están produciendo por toda España. Ojalá llegue pronto el día en el que niños y mayores puedan volver a disfrutar de sus piscinas en compañía de la total normalidad, la de siempre.

Vecinos puestos en pie de guerra

Hay ciertos casos en los que el cierre de las piscinas, ha levantado suspicacias. Uno de ellos es el de la Urbanización Nuevo Chapín Segunda Fase, en la que el cierre de su piscina ha enfadado a muchos vecinos. Algunos incluso, llegaron a publicar en las zonas comunes, un cartel en el que uno de los vecinos se quejaba de que habían “dejado a los niños sin piscina”. Este cartel, fue publicado en Facebook siendo comentado por cientos de usuarios que no comprendían el por qué. Este caso, llegó a ser viral en todas las redes sociales.

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