Muchos de los malagueños que habitan en diseminados viven pendientes de una posible demolición o con el temor de recibir una sanción. Y otros se encuentran en tierra de nadie, con viviendas fuera de ordenación, cuya legalización ha supuesto afrontar enormes gastos. Una situación que debe acabar, en opinión de la portavoz socialista María Gámez, que se ha comprometido a dar impulso a su regularización.
La candidata socialista, que ha estado acompañada de algunos de los vecinos que viven en los Montes de Málaga y Arroyo Jaboneros, se ha comprometido también a dotar a los casi 40 diseminados de la capital de servicios básicos.
Gámez ha pedido al Ayuntamiento que agilice los planes para regularizar estas viviendas como hábitat rural diseminado para que sus inquilinos alejen la sombra de la demolición de sus vidas.