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Los soldados israelíes que se oponen a la ocupación, en el ojo del huracán

"Nuestros niños van a la escuela para ser educados sobre la responsabilidad mutua, no para insultar a los soldados", dijo el ministro, que añadió que las actividades de la ONG son "mentiras e incitación" contra las Fuerzas Armadas

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  • Netanyahu -

"Rompiendo el Silencio", la ONG de soldados israelíes que denuncia actividades del Ejército y lucha contra la ocupación de los territorios palestinos, está en el ojo del huracán y ha sido blanco en las últimas semanas de ataques de la extrema derecha y sanciones del gobierno israelí.

El ministro de Educación israelí, Naftalí Benet, anunció el martes que prohibirá a esta organización de soldados y veteranos (Shovrim Shtika, en hebreo) actuar en las escuelas, donde dan charlas sobre sus experiencias en el Ejército a los adolescentes antes de que sean llamados al servicio militar obligatorio (de entre dos y tres años).

"Nuestros niños van a la escuela para ser educados sobre la responsabilidad mutua, no para insultar a los soldados", dijo el ministro, que añadió que las actividades de la ONG son "mentiras e incitación" contra las Fuerzas Armadas.

Según él, el objetivo de Rompiendo el Silencio es "hacer daño a sus hermanos que nos defienden".

Un día antes, el ministro de Defensa, Moshé Yaalon, prohibió a este grupo actuar en bases militares, les acusó de "operar con motivos maliciosos" y prometió "luchar contra este fenómeno".

Avichai Stoller, uno de los portavoces de la ONG, asegura que estas prohibiciones no afectarán apenas a sus actividades, muy pocas de las cuales ocurren en colegios o bases militares, lo que no impide que considere "muy graves" los ataques contra la organización.

"Trabajamos en la parte educativa sobre todo con grupos de estudiantes y jóvenes, en academias pre-militares, movimientos sociales y otros lugares, por lo que esto no tendrá apenas consecuencias", señala a Efe, y añade que el problema es que estos ministros "intenten mandar el mensaje a la población de que no somos un grupo legítimo en el discurso israelí, lo cual es muy triste".

"Nos acusan de ser enemigos o traidores solamente porque contamos al público dónde nos envían (cuando vamos al Ejército). Fuimos enviados a proteger el estado de Israel y, en algunos casos, a proteger asentamientos ilegales, y lo único que hacemos es contar esto a los civiles", explica.

"Como patriotas israelíes no seremos silenciados por la derecha porque lo que hacemos es luchar por el futuro de Israel como un estado democrático", sentencia.

Según él, a las autoridades israelíes les es más fácil responder con excusas a las críticas cuando proceden de los palestinos o la comunidad internacional que contestar con argumentos cuando la censura procede de soldados que han sido testigos de "la naturaleza tirana de la ocupación" y del trato que se les da a los palestinos en el día a día.

En Israel "hay quienes están contra la ocupación y quieren acabar con ella y los que quieren perpetuarla. Las dos partes deben tener derecho a hablar de ello y hacer pública su posición. Pero decir que cualquiera que critique la ocupación es un traidor y su mensaje es ilegítimo significa que ya no hay democracia", lamenta.

El miércoles un grupo de padres de soldados caídos pidieron en una carta a Yaalon que ilegalice a Rompiendo el Silencio, al considerar que "están detrás de la persecución de los soldados, recogen testimonios contra ellos, instalan el miedo en sus corazones y los convierten en criminales de guerra".

En los últimos once años, la ONG ha recogido testimonios de más de un millar de soldados, que describen comportamientos impropios o ilegales contra palestinos y los contrastan con varias fuentes antes de publicarlos.

También hacen exposiciones y dan charlas en el extranjero.

La organización es una de las elegidas por el grupo estudiantil nacionalista Im Tirtzu para protagonizar un duro y polémico vídeo difundido esta semana en redes sociales, que acusa a dirigentes de cuatro ONG de traición.

Además, está en el punto de mira de varias iniciativas legislativas, presentes y pasadas, que tratan de limitar a las organizaciones de derechos humanos de izquierdas, dificultando su financiación (procedente en su mayoría del extranjero) u obligando a que sus representantes lleven un identificativo externo cuando estén en el Parlamento.

La críticas han salpicado incluso al presidente del país, Reuvén Rivlin, al que algunos ministros, diputados y grupos de extrema derecha han censurado por participar recientemente en una conferencia pacifista en EE.UU. en la que fueron invitados representantes de Rompiendo el Silencio.

En un agresivo debate ayer en el Parlamento, el jefe de la oposición, Isaac Herzog, pidió al primer ministro, Benjamín Netanyahu, defender a Rivlin, a lo que éste contestó instándole a que "condenase a Rompiendo el Silencio, una organización que calumnia a los soldados del Ejército en todo el mundo y trabaja para atar las manos del Estado de Israel e impedir que se defienda a sí mismo".

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