Eco, narrador, ensayista y uno de los intelectuales más respetados de la escena internacional, siempre ha sido un gran crítico del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien hoy se someterá a una moción de censura en el Parlamento.
Ayer, durante las presentación de El cementerio de Praga (Lumen) y cuando se cumplen 30 años de la aparición de El nombre de la rosa, su primera obra de ficción, el autor italiano no escatimó en críticas a Berlusconi y a la actual política de recortes para el mundo de la cultura, situación que calificó de “grave”.
También alertó sobre la proliferación del populismo y la pérdida de fuerza del Parlamento. “Pero en eso no miren lejos, no miren sólo a Italia, miren a su país, porque esto puede suceder aquí”.
Pero a Umberto Eco siempre le rodea la polémica y hoy a sus 78 años, y “más pesimista”, ha creado para El cementerio de Praga al personaje más antipático y despreciable de la literatura.