Confiesa que escribe todavía porque “tengo muchas cosas por contar” y agrega que muchas ideas también salen de las numerosas lecturas que hace, de la literatura y de la prensa diaria.
Afirma sentirse orgullosa de ser “la escritora más longeva del mundo en activo” y no oculta cierto punto de amargura cuando dice que “en cualquier otro país sería motivo de celebración, pero aquí no soy noticia”.