“Diana Dial (la protagonista) es mi alter ego, pero tiene mucha más mala leche que yo. Es un personaje de ficción y se puede permitir el lujo de decir cosas que yo no podría porque están castigadas por la ley”, afirmó este martes Maruja Torres al presentar ante la prensa su nueva novela, publicada por Planeta.
Torres no ejerce ya el reporterismo desde hace unos años, aunque continúa con sus columnas y artículos en el diario El País. Pero, como decía este martes, ella seguirá siendo periodista hasta que se muera y le ha prestado su “instinto de sabueso” a la investigadora de su novela.
La idea de probar con el género negro se le ocurrió cuando, tras residir dos años en Beirut, intentaba “desengancharse” de esa ciudad que ama tanto.
“El país empezaba a ser peligroso” y la escritora pensó que podía situar una acción policíaca “en un lugar donde el crimen no es excepcional” y donde el asesinato político prolifera “y cuesta distinguirlo de un ajuste de cuentas mafioso o de tipo familiar”.
Desde muy joven había “coqueteado” con la novela policíaca, pero su referencia para la que ahora publica es el cine de Hitchcock. Le gusta escribir “con trepidancia cinematográfica”.
Diana Dial ya había salido en la novela de Torres ¡Oh, es él! Viaje fantástico hacia Julio Iglesias. Ahora tiene ya 54 años y ha dejado el periodismo pero mantiene intacta la curiosidad por descubrir lo oculto, contaba con regocijo Maruja Torres (Barcelona, 1943), muy contenta de este nuevo personaje con el que piensa convivir en varias novelas más.
Como le sucede a la autora de Mujer en guerra, Diana Dial “controla mucho ese Líbano del que tan pocas veces hablan los periodistas”. “Amamos Beirut y El Líbano y los odiamos también. Odiamos su instinto asesino y su guerracivilismo y amamos sus pequeñas ternuras y esa amabilidad que tienen sus gentes”, afirmó.
Su protagonista “es imperfecta. No es Juana de Arco defendiendo una causa, pero sí busca la verdad y le molestan mucho los daños colaterales de los asesinatos”, como el que afecta a dos sirvientas etíopes que fallecen en el atentado que se investiga en la novela, en el que muere también Tony Asmar, el hijo pequeño de una importante familia de cristianos maronitas.
Diana tratará de averiguar qué hay tras ese atentado y lo hará sin cobrar.