Todo ocurrió durante la noche de Reyes, el pasado 5 de enero tras la cabalgata, en torno a la una y media de la madrugada y en plena calle la Bola. Un hombre de 47 años, que reside en Melilla y que había venido a pasar las navidades a la ciudad con su padre, agredió de manera violenta, según la propia denunciante, a una mujer de 37 años, vecina de la calle Jerez, cuando caminaba con unas amigas. En su denuncia, a la que ha tenido acceso RONDA SEMANAL, la víctima relata cómo el hombre empezó a molestar al grupo de mujeres en la calle Cruz Verde, para terminar acorralando a la agredida contra la pared: “No paraba de gemir como un perro”, dijo en su declaración. Le tocó “el trasero y los genitales” y la tiró al suelo de forma “violenta”. Una vez en el suelo, le “subió la falda” y le tiró de las medias “para rajarlas”; se las bajó, así como la ropa interior, “hasta las rodillas”: “Me tocó los senos y todo lo que pudo” hasta que llegó la Policía.
Eran agentes de la Policía Local los que llegaron al lugar, avisados por la propia víctima, que llamó con su móvil antes de ser tirada al suelo, así como también por un taxista que fue alertado por las amigas. Una de ellas testificó también ante el juez: “Queríamos ayudarle, pero era muy violento y teníamos miedo de que nos agrediera. No sabíamos si tenía una navaja”, dijo. Un hombre que pasaba por allí y se encaró con el presunto agresor también declaró haber presenciado la terrible escena: “Todo fue muy rápido; cuando me encaré con él llegó la Policía”, afirmó el testigo.
El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Ronda decretó el miércoles día 7 el ingreso en prisión del agresor, apoyándose en su propia confesión de los hechos y en las referidas declaraciones de los testigos. El auto, al que ha tenido acceso RONDA SEMANAL, subraya la necesidad de su encarcelamiento para “evitar la reiteración delictiva” y por existir “indicios racionales de criminalidad”, en concreto de una presunta agresión sexual.
El juez ordenó su ingreso en centro penitenciario psiquiátrico, ya que el hombre tiene diagnosticado un trastorno bipolar, por el que el año pasado “tuvo que ser ingresado en Melilla tras un episodio hipomaníaco”, relata un informe forense al que también ha tenido acceso este periódico, en el que el denunciado “admite los hechos y asegura que podría haber hecho cualquier otra cosa”, informa una médica que indica cómo el hombre, que es profesor, no toma al parecer todos sus medicamentos. La forense explica que en el momento de la agresión pudo estar en una situación de “grave disminución de sus capacidades intelectivas”.
POLÉMICA MUNICIPAL
Los hechos han originado una enorme polémica en la ciudad al haber asegurado el Ayuntamiento la pasada semana en un comunicado de prensa que “durante las fiestas navideñas en las calles de Ronda se ha registrado una absoluta normalidad”.
Preguntado por estos hechos el concejal de Seguridad, Antonio Arenas eludió esta semana el fondo de la cuestión argumentando “el derecho a la intimidad personal y familiar” y para “no generar suspicacias ni una bola innecesaria”.