El grupo parlamentario de Cs ha registrado una proposición no de ley en la Cámara andaluza en la que pide que la Junta lleve a cabo todas las actuaciones necesarias, incluso modificaciones o regulaciones normativas, incentivos o subvenciones, para promover y favorecer que por parte de las cooperativas, almacenes de exportación, alhóndigas o similares, se proceda a la instalación del código QR en los productos hortofrutícolas andaluces, que contenga la máxima información sobre el mismo.
En la iniciativa a la que ha tenido acceso Europa Press, se recoge que dicha información debe incluir el coste medio de producción en origen, precio de venta en origen, fecha de recolección en el campo, fecha estimada de consumo óptimo, tipo de cultivo del citado producto, los sellos de calidad de las explotaciones agrícolas de donde procedan, coste de manipulado y traslado a los diferentes puntos de venta y precio recomendado de venta, así como cualquier otra que fuera de interés para garantizar la protección de los derechos e información al consumidor final.
En la exposición de motivos, Cs explica que los códigos QR son una herramienta de información "cada vez más usada y demandada" por los ciudadanos, pues como su propio nombre indica, es un código de respuesta rápida para los consumidores. Son códigos que almacenan información y a través de la captura mediante un dispositivo descifran ese código y nos trasladan directamente a un enlace o archivo donde recibimos toda la información que se oculta tras dicho código.
Para la formación naranja, la información que se da a conocer del producto a través de este código supondría una "ventaja" tanto para el agricultor como para los consumidores finales, "ya que serían más conocedores de los precios reales en origen y finales y se tomaría más conciencia de ese margen de precios a veces desventajoso para los productores".
Por otro lado, se daría también, según destaca Cs, la información precisa al consumidor final en cuanto a las fechas óptimas de consumo del alimento, evitando así el almacenamiento del producto con un exceso de refrigeración y pérdida del sabor, que no se corresponde con la del productor en la fecha óptima de consumo.
Igualmente, se daría la información sobre el tipo de cultivo de los productos, si en los mismos se han usado pesticidas o es un cultivo biológico o ecológico, y para una mayor y mejor información al consumidor, incluso informar sobre los controles voluntarios u obligados de ese producto a través de las diversas certificaciones de la que hubiera sido objeto, antes de su puesta a la venta.
La información sobre los precios en origen y finales permitiría, a juicio de Cs, conocer el margen de precios y disuadiría a los vendedores finales de llevar a cabo un gran incremento del mismo.
